28 julio, 2008

CACHÉ (Una tarde en la filmo)


Dos luchadores de Sumo que sonreían y un tipo mustio en medio

Ayer estuve en la filmo. Salí cabizbajo de mi “Enigma” (la tienda esotérica en la que curro, mi vida es un chiste) particular y me metí en la Sala Azul, la que tiene estrellas en el techo. Estaba mustio debido a la tortura psicológica a la que sigue sometiéndome mi amiga agorafóbica que ha decidido, de forma unilateral, darle a la tecla "pausa" en nuestra relación. En fin, pensé que en la filmo me sentiría mejor, menos solo. No sé, allí nunca me siento solo, porque me da la sensación de que todos los que estamos ahí formamos un tipo gigante, pelín excéntrico y muy pero que muy solitario. No vi a la señora de 100 años (a la que no le llegan los pies al suelo cuando se sienta) y, al tomar posición en una de las butacas centrales que quedaban vacías de la fila 8, creí que iba a poder “disfrutar” de un film de Haneke sin ronquidos.

Justo antes de empezar la peli entraron dos señores muy gordos con un bigote muy delgado (no me gustan los tipos con bigote, será que me recuerdan a mi padre) y calvos, que parecían gemelos, y se sentaron a mi lado. Uno a cada lado, puesto que no me dejaron que les cediera mi asiento para que pudieran estar juntos. No sé, la verdad es que tampoco insistí, la peli estaba a punto de empezar, yo no tenía un buen día y me fastidiaba verles tan sonrientes. Parecían sonreír porque sí, como si esa fuera la expresión normal de sus caras. Eso me puso pelín de mal humor porque no soporto ver a gente sonriente cuando yo estoy mustio.

Los créditos de “Caché” me metieron de lleno en el fregado. Como es habitual en Haneke, nada aparece sin una razón, siempre hay un mensaje, e incluso los créditos te están indicando algo. En este caso: posicionan al espectador como espía o voyeur. Un plano fijo de la fachada de una casa, eso es lo que vemos. Sobre esta imagen aparecen los títulos de crédito carentes de ninguna floritura. Así se intenta borrar cualquier atisbo de ficción, simulando una realidad casi documental que, por cierto, es muy habitual en sus films en los que se suele prescindir de músicas extradiegéticas y de otros elementos no inherentes a la narración y que podrían decorar y quitar ese pretendido verismo a lo mostrado.


Aparecen unas rallas en la imagen, como si alguien estuviera rebobinando, como si se tratara de una cinta de video (la cosa está clara). El Sr. Gordo de mi derecha grita a viva voz (discreto como un tenor):
-“¡IMAGEN!”.
Sin tiempo a darme cuenta de mi propio pasmo, el Sr. Gordo de mi izquierda le grita a su amigo: “Cállate, que es así”.
A continuación, me da un codazo cómplice y me sonríe. Yo le miro de reojo (sólo veo su estúpido bigote) y le odio por parecer tan feliz.

Después de este breve coloquio, ambos se relajan y, de pronto, yo me sorprendo echando de menos, durante unos milisegundos, los ronquidos de la pequeña señora a la que no le llegaban los pies al suelo, pero la nostalgia se evapora (como el sudor de las frentes de los dos luchadores de Sumo que me flanquean) cuando me centro en Juliette Binoche y en Daniel Auteuil. Hablan sobre las cintas que están recibiendo y en seguida se desvanecen los dos tipos gordos con bigotes delgados y aparece con rotundidad una angustia que va in crescendo a lo largo del film, sin tregua, sin concesiones.



Sinopsis va sinopsis viene: Una familia francesa acomodada y culta recibe unas cintas de vídeo acompañadas de unos inquietantes dibujos, alguien les espía. A través de estas cintas, un oscuro capítulo de la infancia del padre de esta familia sale a la luz. Entonces la tranquilidad se desvanece y los cimientos de esta pequeña familia burguesa empiezan a tambalearse.

Crítica al mundo rico, a nosotros
En “Caché” se tratan varios temas importantes, algunos muy recurrentes en la filmografía de Haneke (como el de los medios de comunicación y el tratamiento que se hace en ellos de la violencia), pero el tema central de este film es la culpa. Sin embargo, no es una culpa que sólo afecte al protagonista (un tipo triunfador, con una agradable familia, un buen coche, un programa de televisión sobre literatura. Nada es gratuito: ni que trabaje en televisión ni que sea en un programa cultural), sino que por extensión afecta a toda una sociedad, a nuestro mundo bienestante. Probablemente una culpa extensible a la mayoría de los que vemos el film. El protagonista se ve perseguido por alguien de su pasado a quien él evocó a una vida peor, a la miseria, quizás. El protagonista, ante el reencuentro con este fantasma del pasado, toma la decisión de huir de esta pesadilla. Decide no ver más y se toma unas pastillas para dormir. Lo mismo que hacemos la mayoría de nosotros, cerramos los ojos ante las desgracias que viven otros. Vemos imágenes dantescas en televisión sin que nos parezcan reales, porque es todo lejano y no nos llega de ningún modo, casi no nos parece real. Así, todos somos un poco culpables, como el protagonista de este film.

En una secuencia de la película la pareja discute porque su hijo no ha vuelto a casa y eso nos preocupa, eso sí llega a preocupar al espectador. De fondo, imágenes de muertos en Irak en la televisión, es ruido de fondo que molesta porque empatizamos más con ese pequeño drama familiar cercano que con esa desgracia dantesca y lejana. Lo que aparece en la televisión se convierte en ruido de fondo que no parece ni real, que molesta. Al igual que la desgracia del niño argelino, también es ruido de fondo, lejano y molesto.

No es gratuito que ambos se dediquen al mundo de la literatura, a la cultura, al plano de las ideas. Él tiene un programa de crítica literaria y ella trabaja en una editorial. Así mismo, el salón de su casa (una localización clave en el film) es como una biblioteca. Está claro que son una pareja culta y en la pirámide de Maslow ambos están en la cumbre pero no todo el mundo vive del mismo modo, hay otra realidad y el film se inicia cuando esa otra realidad se cruza en sus vidas. La narración se inicia cuando llega el conflicto, cuando algo extraño (extranjero, disonante, de fuera) irrumpe en sus vidas y hace temblar su tranquilidad, sus veladas de tertulia sobre arte con amigos y un buen vino. El protagonista hará lo que sea para no perder su estable vida familiar, para no perder lo que tiene.

No es casual que la amenaza parezca venir de alguien extranjero. Está clara la lectura que se puede hacer sobre lo amenazada que se siente la sociedad europea ante el que viene de fuera, ante el que es diferente.

En resumen: Me parece una peli interesante de verdad. Es como un mazazo a nuestra conciencia, pero de una forma sutil. Un film que te engancha, te angustia y te tortura. Es un estupendo retrato de una sociedad podridita y mezquina, la nuestra. Así mismo, tengo que destacar la brillantez de los diálogos, su naturalidad, su sencillez y su contundencia. Una estupenda película de esas que te deja algo raro en el estómago, que te remueve por dentro. Por último, es interesante el juego de la doble ficción y esa cámara que siempre observa desde lejos, desde el otro lado de la calle, al acecho, pero sin ser vista. Brillante.



Cuando se encendieron las luces miré a los dos luchadores de Sumo. No sonreían. Se levantaron despacio, a la vez (casi con la precisión de una coreografía de natación sincronizada). Entonces yo también me levanté y, flanqueado por ese par de tipos gigantes, caminé hacia la salida no sin antes echarles un vistazo y observar que aquella expresión bonachona y feliz se había borrado de sus rostros.

Caché (2005)
Dirección: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke

24 julio, 2008

Panchitos y galletitas (XI)

¡Cuidadín, lanzamiento de pistas a discreción!
¡Eh, señora, apártese que le va a dar la pista en todo el moño!
1- Un duelo muy británico.
2- Un jueguecillo pelín retorcido.


¡ENHORABUENA, PROMETEO!

La peli que se escondía acurrucada tras las pistas era "LA HUELLA" (1972) de Joseph Mankiewicz. Un brillante duelo interpretativo, bajo la atenta mirada de los autómatas, entre Lord Laurence Olivier y un jovencísimo Michael Caine.

18 julio, 2008

Escondidos en Brujas

Dos asesinos, El Bosco, un enano y me olvido de ELLA por un rato

El martes tenía cita con mi psiquiatra y se me ocurrió la feliz idea de sincerarme y contarle lo de mi primer beso. Sí, lo de mi amiga agorafóbica con los guantes de látex. El tipo me miró con su habitual expresión de lomo embuchado, como cuando le digo que me persiguen michelines gigantes. ¡No me creyó! Por una vez que le cuento algo en serio y el maldito chiflado no se lo traga… El caso es que pensé que podría ayudarme a entender por qué diablos mi amiga agorafóbica no me coge el teléfono desde “aquello”. No paro de pensar en ella. No sé, creí que mi psiquiatra podría explicarme algo sobre la psicología femenina o quizás sólo necesitaba contarle a alguien que me había pasado algo genial… ¡Yo qué sé! En fin, cualquier día de estos se lo acabaré soltando todo a Maggie pero, en cuanto lo haga, la noticia se propagará entre las Chicas de oro en cuestión de milisegundos, eso lo tengo claro. Bueno, supongo que yo esperaba demasiado de mi psiquiatra gordo y él me temo que ya no espera nada de mí. Sin embargo, a veces suceden cosas inesperadas, a veces hay sorpresas, ¿no?

Una estupenda sorpresa fue la que tuve el viernes cuando después de un día absurdo en mi curro paranormal pude refugiarme en la fila 8 del cine y conseguí olvidarme por un rato de mi amiga agorafóbica, que ha decidido aislarme de su vida como si yo fuera un puñetero ácaro, y me fui de paseo por Brujas de la mano de dos tipos muy curiosos.

Sinopsis va sinopsis viene:
Dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell
) y Ken (Brendan Gleeson), son enviados de vacaciones a Brujas por Harry (Ralph Fiennes), su peculiar jefe, después de un trabajo que se ha complicado. Esta estancia en la idílica ciudad medieval será un punto de inflexión en la vida de ambos.

Esta es una peli curiosa empezando por su propio planteamiento. ¿Cuándo empieza el film? Paradójicamente se inicia en el momento en que la vida de los dos personajes principales sufre un parón forzado, se queda en stand by, en un paréntesis. Quizás por ello el homenaje, a modo de reflexión narrativa, a Sed de Mal, película que el estupendo Brendan Gleeson está viendo en la tele y que irónicamente tiene un arranque brutal o quizás sólo se trate de adelantarnos que se va a producir un giro, previsible, y fatal en la trama. No sé, es muy curioso ya que normalmente las narraciones cinematográficas se inician en el momento en que pasa algo, ya sabéis, por lo de enganchar al espectador y todo eso. Pero aquí no, ¡a la mierda las convenciones! Los personajes principales se ven obligados a ser turistas a la fuerza y a tomarse unas vacaciones en Brujas. Es decir, quedan alejados de su vida y se van a un lugar en el que están totalmente fuera de lugar. Allí cada uno evoluciona interiormente y, aunque parece que lo hacen de forma muy dispar, en el fondo ambos buscan la salvación, la expiación de sus culpas porque ésta es una peli que funciona a varios niveles, tiene varias lecturas. La lectura más obvia es como comedia negra con secuencias de acción tipo thriller que coexiste con otras lecturas menos aparentes de tipo existencialista como la búsqueda de la redención, de la expiación de la culpa de unos personajes a la deriva, etc.



McDonagh decide empezar la historia cuando ya todo ha pasado, las cartas ya están echadas, la tostada ya se ha espachurrado contra el suelo por el lado de la mermelada. Los dos personajes principales deambulan por Brujas intentado obviar el hecho de que arrastran una gran lacra pero resulta que en ese emplazamiento idílico, de cuento de hadas, la lastra pesa más que en ningún otro lugar y se hace insoportable. Me parece muy interesante la propuesta de McDonagh que es, quizás, en sí misma una reflexión sobre la propia narración.

El ritmo de la película es atípico como su propia estructura puesto que si pones a dos personajes que están pasando el rato a la espera de una llamada pues, claro, el ritmo tiene que ser más bien lento, acorde con la acción (¿turismo?). Así pues, cuando en la parte final del film aparece Harry, omnipresente a través de los diálogos y el teléfono pero visible sólo en la recta final del film, el ritmo cambia y se vuelve trepidante. Ralph Fiennes encarna, dentro de este imaginario onírico con pinceladas de la iconografía de El Bosco que salpica todo el film y que se materializa con absoluta claridad en la secuencia del desenlace, al ángel exterminador que aparece para sembrar el caos y la destrucción. Así, representa la vuelta a la realidad para Ray y Ken, el descenso a sus infiernos personales de los cuales esperaban poder escapar.


En la última parte del film (pelín desbarrada por lo que a tiroteos se refiere en ciertos momentos) confluyen todos los elementos y personajes, que han ido apareciendo a lo largo de la cinta, dentro de una coreografía perfectamente sincronizada y de ritmo trepidante y bello que bien parece un homenaje directo al plano secuencia de arranque de Sed de mal.

Un pequeño “sin embargo”
Como comedia negra tiene situaciones realmente hilarantes, se saca punta a lo cotidiano pero desde un punto de vista perverso. Así, diálogos que podrían resultar de lo más comunes quedan automáticamente pervertidos al ser asesinos a sueldo los que los tienen. Sin embargo, en algunos momentos creo que se podría haber dado otra vuelta de tuerca a ciertas situaciones y diálogos e ir un pelín más lejos. No sé, me quedo con la sensación de que a veces McDonagh se ha puesto un límite y, a la vez, la mezcolanza de elementos de géneros diferentes se une a crear esta sensación. De todos modos, hay varias secuencias gloriosas de un humor negro, agudo y muy inglés.

En fin, aunque poco convencional y extraña en la unión de ciertos elementos, es una película interesante, sorprendente y atípica que consiguió sacarme de la cabeza esos malditos guantes de látex en los que pienso noche y día. Y eso… es mucho decir.

“Escondidos en Brujas” (2008)
Dirección: Martin McDonagh
Guión: Martin McDonagh

13 julio, 2008

Panchitos y galletitas (X)


A ver quién adivina la película que se esconde acurrucada tras esta foto.

Como soy un blando, voy a poner una pistilla:
Documental sobre la vida de un escritor (sí, el tipo que aparece en la foto) y artista multidisciplinar neoyorquino en el que aparece una curiosa y siniestra versión del "supercalifragilisticoespialidoso".
No soy blando, ¡soy un blandengue de la leche!
¡Cuidadín! Lanzo otro dato (bastante croqueto):
  • El director (en la foto de abajo. Sí, sí, el que no lleva mascarilla) obtuvo una mención especial en el Festival de Sundance por este documental.

¡ENHORABUENA, CAMPEONA TIFF!
El film que se acurrucaba bien escondidito era:
SICK:The Life & Death of Bob Flanagan, Supermasochist
Un documental del realizador Kirby Dick del año 1997 sobre la vida de Bob Flanagan, un artista provocador y bizarre que padecía una terrible fibrosis quística.
Es una de esas pelis que se te meten en la cabeza y no salen hasta pasados muchos días. Un documental muy pero que muy inquietante y perturbador.
Las galletitas recién horneadas me preguntan sin parar: ¿Dónde está TIFF? Uy, están muy nerviosas. Tiff, como no vengas pronto, ¡creo que se me comen!

12 julio, 2008

28 semanas después (Sesión de cine en el pequeño mundo de mi amiga agorafóbica)


Totalmente infectado a pesar del látex

El domingo por la tarde quedé con mi amiga agorafóbica (en su casa, claro) para ver una peli de zombies. Antes de poner la peli, le conté lo sensible que estaba y lo raro que me sentía por la muerte de la amiga de mi madre en la trastienda (a ella le gusta que le cuente mis cosillas) y entonces, para mi sorpresa, me miró de una forma rara, se levantó y volvió con unos guantes de látex. Se enfundó los guantes y me acarició la cara, con dulzura. Pelín raro eso de sentir el tacto del látex, la verdad. Me miraba tan fijamente que me pareció que no era ella, que estaba enfrente de otra persona, de una desconocida y, de repente, pasó. Acercó sus labios a los míos y me dio un beso, con suavidad, como una mariposa. ¡Jo, fue la leche! No sé muy bien si me he enamorado ni tampoco sé si ella se ha enamorado de mí, pero el caso es que nos pasamos toda la peli cogidos de la mano (ella con los guantes, claro). A veces incluso su rodilla rozaba la mía y entonces notaba como la infección se extendía por todo mi cuerpo, a lo loco. Creo que me he infectado del todo y eso me parece genial. Desde luego, no me imaginaba mi primer beso así, pero ha sido estupendo y estoy deseando que llegue el fin de semana para volver a infectarme con ella.

No puedo decir que "28 semanas después" sea, precisamente, una peli romántica pero a los dos nos encantan las pelis de zombies y, siendo así, ¿qué mejor telón de fondo para un primer beso que unos gritos desgarrados, muñones varios y chorros de sangre?

Claro está que no puedo ser nada objetivo respecto a esta peli a causa de mi desmadre hormonal pero me ha parecido una peli de zombies fantástica. Sin duda, una estupenda secuela de la aclamada "28 días después".

Sinopsis va sinopsis viene: Seis meses después de que la propagación de un virus haya arrasado el Reino Unido, el ejército de los EE.UU declara el virus controlado y se inicia la reconstrucción del país. Con la primera ola de refugiados que vuelve al país, un padre consigue reencontrarse con sus dos hijos. Sin embargo, este padre no ha sido del todo sincero y toda la mentira le explota en las narices cuando la madre, a la que todos daban por muerta, aparece en escena.


El arranque es brutal. Las primeras secuencias de este film son de lo más emocionante y potente que he visto. Muchas pelis tienen un buen arranque y luego se desmoronan como un castillo de naipes (véase “El incidente”). Sin embargo, ésta (al igual que, por ejemplo, la estupendísima “Sed de mal” con aquel memorable plano secuencia) tiene un arranque brutal pero, a su vez, consigue mantener la tensión dramática y el interés a lo largo del film ya que tiene un conflicto que evoluciona y que es profundo, complejo, creíble y muy interesante (trasciende totalmente al género). Esto diferencia esta peli de otras de este género puesto que en ésta hay un trasfondo psicológico muy potente. El conflicto que se nos presenta en el arranque es tremendo y va más allá del género y nos hace interesarnos y ver, así mismo, más allá de los propios zombies. Da igual el peligro que aceche, porque hay un conflicto potentísimo que ya nos ha enganchado y que irá evolucionando y mantendrá nuestro interés.


Un problema frecuente de las pelis de este género terror-gore es que los personajes actúan de forma inverosímil lo cual produce un efecto alejamiento, un efecto zoom out, por llamarlo de algún modo, en el espectador (al menos en mí). Aquí las reacciones de los personajes (tanto principales como secundarios) resultan creíbles y eso, de verdad, es de agradecer porque no hay nada peor que estar deseando que se carguen a los protagonistas por lo imbéciles o bobos que son.

Ya sé que hablo todo el rato del conflicto y no especifico qué diablos pasa, pero es que no quiero espachurrar una peli que creo debe verse con la mente virgen (palabra desagradable donde las haya), sólo sabiendo que habrá chorros de sangre y mordiscos varios (porque esto, al fin y al cabo, es un poco lo de menos en cuanto a la trama). Tenemos una situación, un conflicto de partida centrado en una familia. Es decir, se va de lo pequeño a lo grande y todo acaba relacionándose. Es un gran acierto centrarse en lo que ocurre en esta familia porque da profundidad al film ya que, aparte del temor a la infección, tenemos otros temas que van por debajo y que son de gran calado. El conflicto evoluciona con esta familia protagonista y, cómo no, de nuevo, el Mal está más cerca de lo que creíamos, no es algo que venga de fuera, es algo que está muy dentro de nosotros. Es un tema que se repite y que me fascina. Me gusta que el fin de la humanidad pueda desencadenarse a raíz de pequeñas mezquindades humanas, a raíz de bajezas, de falsedades que tienen consecuencias apocalípticas. Vamos, que nosotros somos nuestro peor enemigo.

En resumen: una estupenda realización, con mucha fuerza visual y un buen guión, contundente y muy pensado, que supera con creces lo que suele reservarnos este género. Incluso la música de John Murphy, que acompaña de forma estupenda y da fuerza a las secuencias de mayor impacto, se une para elevar esta peli muy por encima de la media. En fin, en mi absurda opinión, se trata de una sorpresa muy agradable por su gran calidad. Un film de terror con muy buen ritmo y con un guión estupendo y todo ello, claro, salpicado por un géiser de vísceras y sangre.

Sólo me ha sobrado la secuencia final, explicativa y claramente supeditada a esa idea que tienen los productores de que los espectadores somos tontos y que se nos tiene que dejar todo muy pero muy clarito.

Creo que siempre recordaré la infección y el fin de la humanidad de "28 semanas después" con ternura y con una sonrisa bobalicona porque ha sido un placer ver infectarse el mundo y a la vez dejarme infectar por unas manos pequeñas, enfundadas en guantes de látex, y una rodilla delgaducha que de vez en cuando rozaba la mía, con suavidad, pero haciéndome temblar de forma brutal.

28 semanas después (2007)
Dirección: Juan Carlos Fresnadillo
Guión: Juan Carlos Fresnadillo, Rowan Joffe, Jesús Olmo y Enrique López Lavigne

10 julio, 2008

Panchitos y galletitas (IX)

Sigo tocado por la reciente visión de la muerte (con exceso de colorete) así que la película de esta semana es pelín rarita e inquietante.
¡CUIDADÍN, LANZAMIENTO DE PISTAS A DISCRECIÓN!
Ya sabéis, quien acierte el título de la película tendrá mi admiración eterna, galletitas (o si hay suerte un bizcocho) y un sitio preferente en el sofá azul (junto a Nosfe, claro).
  1. Una niña de ojos enormes escucha con insistencia una canción.
  2. ¡Por Dios, otra vez esas malditas patas de pollo en la nevera!
  3. Premio especial del jurado en el Festival de Cannes.
  4. La niña de ojos enormes cree tener superpoderes pero ya le hubiera gustado tenerlos cuando de mayor se metía en un buen lío por una snuff movie.
  5. "Yo recuerdo mi infancia como un periodo largo, interminable, triste, donde el miedo lo llenaba todo" dice Ana.
  6. Este film se estrenó en 1975 y obtuvo varios premios en festivales internacionales.
¡Enhorabuena, campeona Tiff!
La pequeña Ana no tenía superpoderes pero TIFF tiene el superpoder de acertar todas las pelis.
La peli que se acurrucaba tras las pistas era "Cría cuervos" de Carlos Saura.
En este rincón del No Mundo sin ventanas no brilla el sol, pero ya huele a galletitas recién horneadas y casi comestibles.
¡Tiff, no tardes! Nosfe y yo te esperamos en el sofá azul.

04 julio, 2008

Funny Games


Demasiado colorete y una familia junto al televisor

Este fin de semana ha sido pelín siniestro y bastante triste, la verdad. Una de Las chicas de oro (las amigas de mi madre) murió el viernes por la noche. La pobre estaba en una de las sesiones privadas y ultrasecretas que da Maggie en la trastienda y sufrió un infarto. No sé muy bien qué estaban haciendo ni cómo pasó (yo soy un crío para ellas y hay muchas cosas que no me cuentan, claro), sólo sé que el sábado no tuve que ir a currar y que el domingo me enfundé en un traje negro (que me está pequeño) para ir al tanatorio y luego al funeral. Todo muy alegre y colorista, vamos.

Al llegar al tanatorio Las chicas de oro se lanzaron sobre mí, como si fuera una bandeja de canapés, para darme besos y achuchones. Mi madre rompió ese cálido momento obligándome a entrar con ella a ver “el cuerpo”. Yo le dije que no, que no y que no. Y ella, a modo de respuesta, me agarró fuerte del brazo y me arrastró a ver a su amiga fiambre aderezando tan agradable paseillo con una de sus inspiradas teorías educativas: “debes ver cómo es la muerte, hijo. Esto te hará madurar”.

De viva a fiambre la amiga de mi madre no había cambiado mucho, sólo un pelín. Más que nada debido al montón de maquillaje que le habían puesto, casi parecía caribeña. No sé si a todos los muertos les ponen tanto colorete, pero no tengo ganas de hacer una comparativa al respecto, la verdad. Al cabo de 2 milisegundos ya estaba deseando salir de esa pequeña sala en la que sólo se oía el ruido de la refrigeración, pero mi madre no me soltaba el brazo y me obligó a seguir mirando aquella cara con demasiado colorete durante una eternidad. ¡Por lo menos durante 3 minutos o algo así!

La misma sensación (de no querer ver más) la tuve el viernes por la tarde (sí, yo estaba en el cine mientras en la trastienda se lo pasaban de muerte) cuando vi el remake (copia plano a plano del film original de 1997) que Haneke ha hecho de su propia peli “Funny Games”.

Los créditos sin música de fondo y las letras rojas ya nos están avisando: "Eh, esto es una vuelta de tuerca. Esto no es la ficción habitual".

Desde el arranque, el film me parece una revisión del gran Kubrick. Una pareja con un niño se dirigen en coche hacia su peor pesadilla a través de un hermoso paisaje. Sí, claro, “El Resplandor” me viene a la cabeza. Sin embargo, en el film de Kubrick el enemigo (en una de las posibles lecturas) está dentro de la familia, el Mal está dentro. Aquí uno podría pensar que el Mal es algo de fuera, un elemento perturbador (encarnado en dos jóvenes) que se cuela en la vida de una familia acomodada. Sí, vale, pero no. El caso es que Haneke creo que intenta transmitir que lo que está podrido es la sociedad y la carga de violencia que nos tragamos a diario, sobre todo en la televisión, en la ficción. Así pues, el enemigo no es realmente algo de fuera, sino que el enemigo es la propia sociedad, somos nosotros.

Durante la secuencia del viaje en coche, la pareja (pelín repelentilla) escucha música clásica y juegan a adivinar la pieza que suena. De repente, deja de sonar Händel e irrumpe un grupo trash-punk. Esta música no es la que ellos escuchan, claro. Es decir, se nos adelanta que algo disonante aparecerá en escena y acabará con su tranquila existencia demoliéndola y desgarrándola con la brutalidad y contundencia de una apisonadora.



Hay más guiños a “El Resplandor” como la huida del niño (que incluso se quita los zapatos mojados para no dejar huellas y deshace sus pasos para despistar al agresor. Igual que hace el pequeño Danny en la memorable secuencia del laberinto). Por último, hay un plano de una bola de golf que se acerca, sin verse quién la ha lanzado. Igual que la pelota que se acerca a Danny sobre aquella moqueta diabólica del hotel Overlook. Tampoco vemos quién la lanza pero sabemos que es algo maligno, el Mal tiene ganas de jugar. Y, sin duda, el Mal es mucho más aterrador si está fuera de campo.
Sin embargo, la referencia obvia es a “La naranja mecánica”. Eso está claro. Pero yo no creo que se trate de un homenaje, sino de una revisión.

Los dos jóvenes psicópatas de "Funny Games" adoptan unos roles similares a los que se reparten Alex y sus drugos. Michael Pitt encarna en este remake americano al joven educado y refinado de mente perversa mientras que su amigo es el torpe, el gordo, el imperfecto. La caracterización (o estilismo, como diría mi madre) también tiene una clara similitud pero todo esto no me interesa demasiado. Lo que me interesa es cómo Haneke nos tortura, como hiciera Kubrick con Alex, y nos nos da tregua. Nos obliga a meternos en algo que nos incomoda, a mirar algo que nos avergüenza y perturba.





Con gran acierto, Haneke opta por la violencia fuera de campo. Es decir, son pocas las agresiones que realmente vemos. Sólo oímos los gritos de las víctimas lo cual resulta más aterrador. Siempre es peor lo que no se muestra. Así pues, paradójicamente, ésta no es una película con altas dosis de violencia pero sí es insoportablemente violenta.

La pareja de psicópatas se autodenominan Tom y Jerry o Beavis & Butt-Head y actúan como si se tratara de un show televisivo. Así se hace clara referencia una vez más a la cultura televisiva, a una sociedad que mama violencia desde la infancia más blanda.



¿Por qué rebobina? ¿Qué diablos significa eso?
En cierto momento del film en que parece que se va a producir un giro en la trama, Paul coge el mando del televisor y rebobina lo que acaba de suceder. Se plasma el Deus ex machina (es decir, algo externo resuelve una situación sin seguir su lógica interna) y a partir de ese momento sabemos que no hay esperanza para esa familia, son víctimas sin posibilidad de escape (El juego de alargar la tortura y la apuesta tiene una doble función puesto que se nos da alguna esperanza de que la familia pueda sobrevivir y así se crea tensión dramática ya que si desde el principio no tienen ninguna opción el espectáculo decae como anuncia claramente uno de los personajes). El Mal va a ganar y desde este prisma también vemos cómo Haneke juega con las pautas de la narración cinematográfica para pervertirlas y hundirlas en el lodo. Así, por ejemplo, ese cuchillo que se nos presenta en la primera parte del metraje como una posible salida, como un elemento que va a tener un papel determinante en el film, acaba no teniendo ningún valor. Las cartas ya están echadas, no hay nada que hacer y el hecho de que Paul rebobine nos deja esto demoledoramente claro. Así mismo, Haneke hace hincapié en que es la ficción lo que está en su punto de mira y esta ficción no nos da tregua. Es crueldad absoluta y sin concesiones.

Interpelar al espectador
Otro punto en común con "La naranja mecánica" es la interpelación directa al espectador. En el film de Kubrick, Alex, como narrador, se dirigía a nosotros buscando nuestra empatía y complicidad.

En "Funny Games" Paul sonríe a cámara e incluso nos invita a ser partícipes. Los dos jóvenes asesinos hacen hincapié en la importancia del espectáculo. Así, formamos parte de un espectáculo que nos da náuseas y así, supongo, se nos invita a reflexionar sobre el tipo de ficción infectada de violencia que nos gusta devorar.

Está claro que el plano final con Paul sonriendo picarón y mirando a cámara no es inocente, es toda una declaración de intenciones. Es la síntesis de toda una reflexión que se nos lanza en este film como un guantazo: ¿No somos partícipes de la violencia? ¿No somos voyeurs atiborrados de desgracias ajenas? ¿No nos desternillamos con imágenes sangrientas y engullimos sin pestañear nuestra dosis diaria de puñetazos, tiros y apuñalamientos?


Pero, vamos a ver, ¿a qué viene la conversación sobre "Solaris"?
Pues resulta que "Solaris" es uno de mis libros favoritos y, en mi absuda opinión, la charla sobre esta estupenda obra de Lem sólo tiene una doble y simple función. Primero: Oh, qué par de chicos tan refinados. No dicen tacos ni son soeces y hablan de literatura. Claro que hablan de literatura y, sin inmutarse, empujan a una mujer al agua. Segundo: Es una obra en la que se trata la confusión entre lo real y lo ficticio, ambos planos se confunden, se diluyen. Al igual que en este film, Haneke echa un vistazo a la violencia en la ficción dándonos un toque de atención sobre cómo la ficción y la realidad se solapan y unen, sobre cómo la violencia de la ficción es como los gusanos de los muertos, lo devoran todo pero ya son parte de nosotros (lo de ver un fiambre me ha dejado pelín tocado).
Bueno, creo que se me ha ido la olla más de lo habitual pero, por favor, tened en cuenta que han sido muchas emociones en un mismo fin de semana y yo, al fin y al cabo, ¡sólo soy un pobre adolescente que no se come una rosca y que siempre acaba solo en la fila ocho de algún cine!



"Funny Games" es un film interesante, totalmente prescindible si habéis visto el original, pero para mí no se acerca ni por asomo a la que creo es la obra maestra de Haneke, “La pianista”. Esta historia de una profesora de piano, Erika, encarnada por la inquietante Isabelle Huppert es para mí una de las mejores películas que he visto. Erika es un personaje complejo, con muchas dimensiones, no es un arquetipo plano sino un personaje que te menea, que te araña por dentro y te hace pensar en ella durante semanas. Después de ver la peli (hará un par de años en casa de mi amiga agorafóbica) intenté leerme el libro de la Premio Nobel Elfriede Jelinek pero me temo que entonces yo era demasiado joven. Lo volveré a intentar cuando cumpla los 17.

Desde luego, Haneke nunca deja indiferente. En "Funny Games" juega con el espectador y le obliga a ser partícipe de algo en lo que no quiere involucrarse, quizás con la intención de hacernos conscientes de lo arraigada que está la violencia en nosotros, de lo podridos que estamos. No sé, ¡sólo soy un adolescente!

Para mí éste ha sido un fin de semana bastante desagradable, la verdad, y no sé si me ha dejado peor cuerpo ver a la amiga fiambre de mi madre inundada de colorete o ver "Funny Games".


"Funny Games" (1997 - 2007)
Dirección: Michael Haneke
Guión: El austríaco con barba de arriba

02 julio, 2008

Panchitos y galletitas (VIII)

¡Cuidadín, nuevo LANZAMIENTO DE PISTAS a discreción!

NOVEDAD: Habrá bizcocho (sin chocolate, por el tema del acné) para el ganador o ganadora. Además, claro, del premio Agatha Christie que concede Nosfe.

¿Qué peli se oculta, acurrucadita y hecha un ovillo, tras las pistas chorras?
  1. Basada en una novela gótica.
  2. La protagonista se va haciendo pequeña a medida que avanza el film. ¡La pobre no tiene ni nombre de pila!
  3. El personaje masculino principal es un tipo atormentado que esconde un secreto (un personaje muy similar al Edward Rochester de "Jane Eyre").

¡ENHORABUENA DE NUEVO, TIFF! Nosfe y yo estamos a tus pies, campeona. (Nosfe literalmente porque lo estás pisando...)

La peli que estaba acurrucada tras las pistas era "REBECCA" de D. Alfred Hitchcock. Un film que nunca, nunca me canso de ver.

Tiff: Tenía muchas pistas sobre la inquietante ama de llaves (qué personaje), pero las cambio por un estupendo bizcocho y un masaje en las pies que te va a dar D. Nosfe (dice que ya puestos...)

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