24 febrero, 2009

Panchitos y galletitas XXIX

A ver quién adivina la película que se esconde tras las pistillas chorras.
¡¡CUIDADÍN, LANZAMIENTO DE PISTAS A DISCRECIÓN!!
¡Eh, señora, baje ese moño cardado! ¡No hay pista que supere ese placaje!

PISTAS:
1- (Pista subjetiva y absurda donde las haya) Ésta es una peli que me gusta porque va todo el rato para adelante. No sabemos por qué el prota hace lo que hace pero, la verdad, es que eso no es importante. Lo importante es el viaje iniciático que emprende y ahí empieza la peli, como tiene que ser, sin flashbacks ni antecedentes ni leches.
2- El prota de esta peli tiene mucho en común con el abuelo de Heidi.
Similitud 1: La barba.
Similitud 2: Es un tipo de pocas palabras. Vamos, que le gusta el silencio.
Similitud 3: De repente se encuentra con un crío a su cargo.
Similitud 4: Quiere vivir en la montaña, lejos de la ciudad y del ruido.
3- El prota se pira a las montañas para estar tranquilo y, sin darse cuenta, se encuentra con mujer e hijo (ya crecidito). Pero ya se sabe, lo que fácil viene...
4- Cuando el prota ve por primera vez a su mujer va acompañado de un tipo más calvo que una bola de billar. Cosas de la vida, cuando el prota vuelve a encontrarse con el calvo, éste tiene un pelucón que parece Tina Turner. Moraleja: no es calva toda cabeza que reluce.
¡ENHORABUENA, CLARA!
La peli que se escondía tras las pistas chorras era "Jeremiah Johnson" (1972)
dirigida por Sydney Pollack.
Muchas gracias a todos por participar. Nosfe está emocionado y yo me he puesto pelín tierno también porque nunca habíamos tenido tantos amigos en el sofá azul.

CLARA: Esta noche te esperan unas galletitas recién horneadas en el sofá azul. Ah, si quieres, le cortamos el flequillo a Nosfe. Dudo que se queje...

23 febrero, 2009

Decepciones y acné (Los Óscar)

Del sofá azul a la alfombra roja

Esta noche se entregan los premios ÓSCAR y, como yo no soy muy de ceremonias (a excepción de los funerales que tienen su aquel), voy a hacer mi propia, breve y tontorrona reflexión:



Después de ver las cinco películas nominadas a mejor película, tengo en el estómago una especie de nudo. Me temo que se trata de decepción. Ya sé que el mejor cine probablemente no es el cine comercial, que hay mucho cine invisible de gran calidad que no llega al gran público (y muchas veces ya no tiene ningún tipo de distribución), pero es que para mí sentarme en la fila 8 SIEMPRE despierta una gran ilusión. El cine es quizás el (único) lugar en el que me siento a gusto y, muy a mi pesar, últimamente me he sentido profundamente decepcionado por films como "The curious case of Benjamin Button" o "The reader". Films que tienen en común la falta de un buen retrato de personajes, en muchos casos son personajes planos o personajes simplemente absurdos, que reaccionan de forma inverosímil. Así como la falta de una correcta selección de hechos (qué obsesión por contar y contar anécdotas que sólo adornan la historia, alargan el metraje, y no aportan nada). Así mismo, he llegado a la conclusión de que el abuso del flashback y el envejecimiento de los personajes (que SIEMPRE es grotesco y, si uno está de buen humor y tiene la risilla floja, desternillante) conducen de forma indefectible a un resultado fatal: tostonazo insufrible. ¿Por qué ese empeño en contarlo todo y en abarcar toda la vida de los personajes? ¡Leches, no es necesario! Hay que saber captar los momentos clave, lo esencial, lo que realmente debe ser contado.

En mi absurda opinión, "Slumdog Millionaire" (pelín sobrevalorada), "Milk" y "Frost/Nixon" (brillante Langella, por cierto) son tres pelis dignas en mayor o menor medida pero ninguna llega a ser una peli redonda como "Doubt", he dicho (y me he quedado bastante satisfecho, la verdad). ¡Qué gusto da tener un blog y poder soltar todas las reflexiones tontorronas que te vienen a la cabeza!


¿Qué te han parecido los Óscar de este año?

¿Por qué crees que DOUBT o REVOLUTIONARY ROAD
no han sido nominadas como mejor película?
En mi tontorrona opinión, "Revolutionary Road" no es ni mucho menos una peli redonda, pero es mucho mejor que "The Reader" o "The curious case of Benchamin Button" pues estas dos llegan a ser bochornosas en ciertos momentos y, que conste en acta, esto lo digo sin acritud pero con cierta tristeza. ¡Ay, qué penica de cine!

¿Qué opinas del cine actual de Hollywood?
¿Has visto la ceremonia o, como Nosfe y yo, la única ceremonia a la que asistirás es a tu propio funeral? (Perdón por el humor siniestro pero estás sentado en un sofá azul con un gato disecado al lado, ¿qué esperabas?)

18 febrero, 2009

Las preguntillas de Nosfe

Nosfe quiere saber qué te ha parecido "El curioso caso de Benjamin Button".
¿Te parece verosímil la naturalidad con que los personajes asumen
la "peculiaridad" de Benjamin?
¿No crees que este film necesitaba un toque más mágico, a lo Burton, y no tan realista?
A Nosfe y a mí nos fastidian un pelín las historias de un Golum que se convierte en guaperas. Será porque nosotros nos hemos quedado en la fase Golum...
Siéntate un ratín en el sofá azul y cuéntale al bueno de Nosfe
qué te ha fastidiado o qué te ha encantado de esta película.

13 febrero, 2009

Panchitos y galletitas (XXVIII)

A ver quién adivina la película que se esconde tras las pistillas chorras.
¡¡CUIDADÍN, LANZAMIENTO DE PISTAS A DISCRECIÓN!!

¡Eh, señora, baje ese moño cardado! ¡No hay pista que supere ese placaje!

PISTAS:
1- Mi hermano y yo tenemos un negocio juntos.
2- La verdad es que el más curra soy yo pero a mí hermano se le da muy bien el tema del marketing, eso hay que reconocérselo.
3- Mi hermano y yo estábamos muy unidos hasta que apareció una mujer en nuestras vidas, una mujer extraordinaria.
¡ENHORABUENA, SIROKOS!
¡Tenemos un nuevo precog enmascarado!
La peli que se escondía tras las pistillas chorras era "Dead Ringers" (Inseparables), 1988, de David Cronenberg. Una peli inquietante, dolorosa.
Para muchos, la obra maestra de Cronenberg.

Sirokos, precog enmascarado: Nosfe y yo te esperamos en el sofá azul con unas galletitas recién horneadas.

11 febrero, 2009

LA DUDA


Una huida por tierra de sombras y, de vuelta, un cara a cara con la Santa Inquisición

El sábado pasado protagonicé una exhibición de escapismo espectacular. Conseguí burlar la guardia de las Chicas de Oro ante mi dormitorio y me piré al cine. Estaba ya harto de estar metido en la cama y tenía un mono terrible de cine. ¡Jo, qué tristeza estar tantos días sin ir al cine! Hay que ver lo mohína que se vuelve la vida sin, al menos, una sesión de ficción en vena (en pantalla grande y en versión original) a la semana.

Aunque aún estaba pelín febril, tenía bien claro qué peli iba a ver. Un estreno que esperaba casi tanto como el día en que me despierte y, por fin, no tenga acné. “La duda” (Doubt) era para mí un estreno muy esperado porque Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman son, en mi opinioncilla, dos grandísimos actores y verlos en un mano a mano con un texto excelente, que obtuvo en su versión teatral un Pulitzer y un Tony, es simplemente algo genial.

Sinopsis va sinopsis viene: este film narra el pulso entre la hermana Aloysius (Meryl Streep), directora de un colegio religioso y quien confía en la disciplina y el miedo para ejercer su cargo, y el sacerdote del centro, el padre Brendan (el bueno de Seymour Hoffman), quien simboliza la parte progresista de la iglesia, con un nuevo enfoque más cercano y quien, a su vez, se convertirá en sospechoso de abusar sexualmente del primer alumno negro de la escuela. En este enfrentamiento participarán la hermana James, quien siembra la duda, y la madre del chico negro, quien da otra vuelta de tuerca a este tablero de complejos personajes llenos de claros y sombras.

Nada más empezar el film, ya se nos sitúa en la época en la que nos encontramos. A través del sermón del Padre Brendan sobre, cómo no, “la duda” se nos sitúa en el año 1964 mediante una referencia al asesinato de Kennedy. Esto parece una chorrada que lo diga pero es uno de esos pequeños detalles que te hacen ver cuando una peli o un texto es bueno y cuando no. Recuerdo que en la peli “Bella” no supe si estaba en los años 50 o en los 80 o en los 90 hasta bien avanzada la peli y todo debido a unos detalles mal elegidos que resultaban confusos y no aportaban nada. Pues bien, de un modo perfectamente integrado en el discurso, se nos sitúa temporalmente, se nos presenta al personaje y a la vez se nos plantea el tema central del film ¿Alguien da más?

En general, la presentación de todos los personajes es algo así como brillante. Se trata de una presentación sutil y pensada. Perfecta, vamos. Además, cada pequeño detalle aporta alguna información sobre los personajes. Todo tiene un porqué, se dejan caer detalles que luego tendrán su importancia, nada es gratuito. Aunque es cierto que a veces ese porqué acaba provocándote más incertidumbre porque este film siembra una constante duda en el espectador. Estamos ante un cambio de prisma constante porque el texto se mueve en la ambigüedad, en el terreno de aquello que no se niega pero tampoco se prueba, en ese rincón oscuro donde se esconden las medias verdades, las sombras.


Así mismo, la obra se enmarca en una época de cambios, cambios como la entrada del primer alumno negro o como el choque de las dos iglesias (la tradicional y más estricta y la nueva iglesia más progresista y cercana). Este momento de cambio se materializa en el viento, que es casi un personaje en el film. Un viento que azota, que está al acecho, que aparece atormentando a la hermana Aloysius. Ese molesto viento que tira los papeles de su despacho (la ventana del despacho que siempre se encuentra abierta aunque ella la cierra cada vez que entra) y pone patas arriba todo el orden establecido, su orden, en el que ella cree. El mundo tal y como ella cree que debe ser se tambalea, todo vuela por los aires, todo cambia de forma amenazadora.

Hay una secuencia que me apetece mucho destacar porque creo que muestra la profundidad, la belleza y la sutileza de un guión excelente. Se trata de la secuencia en que la hermana Aloysius invita a su despacho al padre Brendan y a la hermana James. La excusa es el repertorio de canciones de Navidad que van a interpretar los alumnos pero detrás hay otro motivo para ese encuentro. En esa secuencia en que los tres personajes se reunen alrededor de la mesa de la hermana Aloysius para tomar té no hay gesto ni detalle gratuito. Es una secuencia brillante en la que los tres personajes realizan una especie de coreografía alrededor de esa mesa. Lo que se dice se acompaña de gestos, de cambios de posición, de movimientos que crean tensión más allá del diálogo. El padre Brendan se sienta en la silla de la directora del colegio, ella busca el azúcar, él baja la persiana y ella la vuelve a subir y luego ella se sienta en su silla. Es un pulso constante no sólo con las palabras sino con todo lo que está a su alrededor. La puerta entreabierta según las normas de antaño, las tazas de té, el azúcar, la persiana, el teléfono son objetos cotidianos que se utilizan para llevar la tensión dramática al máximo. Es una secuencia magistral, una de esas en las que se dice mucho y no sólo con palabras.


El guión, por si no lo he dejado claro, es estupendo. Esta es una historia de gran profundidad repleta de sutiles matices. Además, es interesante ver cómo se juega con la tensión dramática de un modo muy inteligente y cómo se huye del efectismo. Asistimos a un continuo tira y afloja, a una vuelta de tuerca tras otra. La dirección, en mi absurda opinión, no huye de su esencia teatral y se adecua con precisión a las necesidades del texto. Es, por tanto, un film redondo en el que todo está enfocado a sacar el máximo partido a la historia, todo está en pro de la madurez y sutileza de un guión que insinúa con brillantez más de lo que dice.


El director y guionista John Patrick Shanley juega con nosotros y nos hace replantearnos la situación constantemente y replantearnos las ideas preconcebidas que ya tenemos pues se parte de arquetipos. Se va profundizando en esos personajes inicialmente estereotipados para llegar a un lugar enfangado donde sopla el viento y donde es difícil ver nada con claridad.

Esta es, como ya he dicho, una película redonda porque juega con los elementos necesarios, ni más ni menos. Es una historia de cuatro paredes y sobran encuadres rebuscados o alardes técnicos. Es una historia de personajes y es en los pequeños detalles en los que se deja ver la grandeza del guión, que creo que se ha llevado con buen criterio a la gran pantalla, y la profundidad de un tema que no es blanco ni negro sino que se mueve, como todo lo que quiere abordarse de una forma madura, en el terreno de las sombras, de las dudas.

Lo último que quiero decir sobre esta grandísima pequeña película es que, aparte del espectacular y contenido duelo entre Streep y Seymour Hoffman, no tiene desperdicio la interpretación de la angelical Amy Adams y la breve pero desgarradora interpretación de Viola Davis (la madre de Donald Miller).

Cuando volví a casa después de mi espectacular fuga, la Santa Inquisición al completo me esperaba en casa. La verdad, no fue agradable la regañina coral que tuve que aguantar de Las Chicas de Oro. Más que nada porque al terminar ese maravilloso film y durante el camino de vuelta a casa ya empecé a notar que la fiebre volvía a hacer estragos y que la cabeza estaba a punto de estallarme, pero mereció la pena mi huida. Eso, sin ninguna duda.

DOUBT (2008)
Dirección: John Patrick Shanley
Guión: John Patrick Shanley

09 febrero, 2009

Decepciones y acné

Últimamente he sufrido algunas decepciones. Unas cuantas en lo personal: como con mi amigo, el guaperas. Otras decepciones me han abofeteado en la fila ocho. Algunas pequeñas como con "Slumdog Millionaire", que no está nada mal pero que yo esperaba que fuera aún mejor, y otras bastante más grandes como con "Frost/Nixon".
¿Qué pelis os han decepcionado a vosotros?
Contadnos a Nosfe y a mí vuestros grandes chascos de película.
Ay, qué tristón estoy... Será porque me toca ir a ver a mi puñetero psiquiatra gordo. Es que estar una hora con ese tío tan acomplejado y mohíno ¡deja pocho a cualquiera!
Le voy a decir que por la alerta de fuertes vientos sólo pueden ir al cole los niños gordos y que a mí me parece injusto porque encima que son gordos son los únicos a los que les toca ir al cole. Dicho esto, le miraré su enorme barriga. Eso le fastidia un montón, se le nota. Se que soy mezquino, pero el mundo y mi acné me han hecho así.

01 febrero, 2009

LA CLASE

Entre los muros de mi habitación

Llevo 1 semana en la cama con gripe ¡y por poco no lo cuento! No es que la gripe haya sido más virulenta de lo habitual, lo que pasa es que Las Chicas de Oro casi acaban conmigo. Mi madre que, como creo que os he contado, fue niña prodigio sigue creyéndose la más especial de las florecillas del bosque y, por ello, no asume su edad y, claro, al no asumirla pues, entre otras muchas cosas insensatas, no se pone las gafas ¡y eso que no ve un pijo! Por otro lado, su querida y esotérica coleguilla Maggie acaba de operarse de cataratas y tampoco ve un pimiento. Pues bien, estas dos cegatas en potencia se emperraron en que yo estaba con 41 de fiebre. Las dos mirando fijamente el termómetro sin ver ni jota, claro. Obviamente ninguna de las dos podía ver la puñetera línea de mercurio y se dejaron llevar por una especie de histeria colectiva. No sabéis lo que me costó quitármelas de encima. Sí, vale, es cierto que yo tenía fiebre ¡pero sólo 38 grados! Os juro que el simple hecho de imaginarme en bolas dentro de una bañera llena de cubitos de hielo con Maggie y mi madre al lado, histéricas perdidas, me daba ganas de morir.

En fin, tuve que encerrarme en mi habitación para evitar que ese par de locas me metieran en la bañera. Afortunadamente, no llamaron a los refuerzos porque si llegan a aparecer el resto de Las Chicas de Oro, en plan Geos entrando por la ventana de mi habitación, ya no hubiera habido manera de librarme de una muerte segura ¡y bastante humillante, la verdad!

En cierto modo, estar enfermo en mi casa con Las Chicas de Oro vigilando cada ataque de tos me hace echar de menos el instituto y eso que, para un tipo desgarbado, tímido y con acné como yo, el insti no es precisamente el paraíso.

Y hablando de institutos, me viene a la cabeza una estupenda película que vi hace un par de semanas. Se trata, cómo no, de “La clase” de Laurent Cantet, como sabéis, Palma de Oro del festival de Cannes.

Esta es una de esas películas, una de esas rarezas, que resultan fascinantes en muchos aspectos y es una de esas pelis de las que apetece conocer cómo diablos se han podido llevar a cabo.



Husmeando un poco en “La Clase” de Laurent Cantet:

Ficcionar una realidad documental - Docuficción // ¿Cómo leches se ha conseguido este resultado?
El guión de este muy necesario film parte del libro de François Bégaudeau
(profesor de secundaria y que interpreta a su vez al profesor protagonista) y de personajes y situaciones que Cantet añadió para potenciar ciertos aspectos y crear una línea estructural con un conflicto (más evidente pero que se hilvana de forma natural dentro de la esencia de invitación a reflexionar del film) que vertebra el film de un modo convencional, en cuanto a la estructura a seguir en cualquier relato de ficción. De no haberse creado el caso Souleymane, la estructura hubiera carecido de un conflicto evidente y narrativamente hubiera sido menos eficaz , aunque quizás no desde el punto de vista de un ejercicio de reflexión sobre el sistema educativo y la propia pedagogía.

No olvidemos, sin embargo, que éste es un falso documental y, por ello, también es lógico que se cree una trama que muestra la evolución de un conflicto concreto que, a su vez, sirve para enganchar al espectador que, de otra forma, probablemente no aguantaría 2 horas dentro de ese aula.

Sin embargo, es curioso saber que los alumnos-actores nunca leyeron el guión. Cantet llevó a cabo talleres de improvisación en los que se proponían temas y lo que salía de allí iba enriqueciendo el guión. Durante el rodaje, Cantet daba a los alumnos-actores ciertas frases y François (el profe en la ficción y en la realidad) lanzaba una improvisación y poco a poco se iba afinando hasta que se conseguía un resultado muy pero que muy cercano a lo que se había guionizado. Cantet afirma que tras 5 ó 10 tomas se llegaba a una escena muy parecida a la escrita pero planteada a través del lenguaje de los alumnos, de lo espontáneo, de lo natural. Es alucinante, ¿no? A mí, desde luego, me lo parece.



El uso del primera plano

Llama la atención el dinamismo que se desprende de cada plano, es casi como si Cantet se hubiera propuesto simular los movimientos del ojo humano en medio de un debate. Lo vemos todo, una mirada rápida, de cerca (Cantet no se corta si hay que emplear un zoom), otro primer plano y otro, no se nos escapa nada, todas las reacciones quedan plasmadas por igual. Todo queda reflejado en esta cinta que nos mete en una clase y nos sienta en uno de esos pupitres.

Cantet dice utilizar el primer plano para aislar a los personajes. Además, está claro que este uso-abuso del primer plano evidencia el trato igualitario que se les da a todos los personajes. Todos los personajes se muestran por igual, no hay jerarquía. Se encuadra igual al profesor que a los alumnos.

El uso del primer plano también refuerza, según Cantet, la idea de que están encerrados.

La planificación así mismo no se rige por criterios estéticos preestablecidos sino que existe una clara determinación de mostrar la viveza del debate, la silmultaneidad de las intervenciones, la espontaneidad de lo que surge aquí y allá, en la primera y en la última fila.

Cantet nos mete en la clase y nuestra mirada sigue de forma natural lo que va ocurriendo, el fluir de la clase, sin jerarquías ni planificaciones preconcebidas.


Un profesor contra el sistema

Sin embargo, no estamos ante el retrato de un sistema educativo sino ante el retrato de un profesor y su clase. Es más, la última parte del film es el profesor y todo su dilema respecto a un sistema educativo que cree que no se acomoda a las necesidades de los alumnos

Este film lanza muchas ideas para una reflexión ulterior y, sin duda, el rol del profesor, sus retos y dudas, cómo debe éste enfrentarse a las necesidades de un alumnado multicultural, están ahí planteadas, esperando a que cada uno reflexione sobre ellas. Queda plasmada la dura tarea del educador, cómo diariamente tiene que conquistar terreno, motivar y no dejarse vencer por la desgana.

La reflexión sobre el lenguaje, el lenguaje como arma
El problema de cómo enseñar desde un prisma de alta cultura cuando los alumnos tienen referentes y realidades que muchas veces ya nada tienen que ver con los contenidos que se dan en el aula es uno de los temas que se plantean en este film. El hecho de cuestionarse la utilidad de los contenidos, el para qué me sirve esto es algo interesante y mucho más dentro de esta nueva sociedad en la que las diferencias sociales están tan marcadas, en esta sociedad de mestizaje. ¿Deben aplicarse los mismos contenidos? Sin duda, es lógico que los alumnos se lo planteen porque no todos los alumnos juegan en la misma división. El ejemplo de pretérito imperfecto de subjuntivo que sale en un momento del film y cómo el profesor hace hincapié en que hay que dominar el lenguaje para saber utilizar el registro adecuado en cada situación es un gran ejemplo de cómo hay que estar motivando constantemente a un alumnado profundamente desigual. Hay que motivar, hacer ver la utilidad del saber.

Cuál es el gran acierto de este film

En mi absurda opinión, el gran acierto de Cantet reside en la renuncia a proporcionar respuestas, a proponer un discurso moral o pedagógico que se imponga sobre lo que se nos muestra. En este film se lanzan preguntas y se invita a la reflexión.

La apuesta central del film es interrogar al sistema educativo desde el ámbito del aula (el aula como caja de resonancia) y me parece una apuesta valiente, necesaria y, sobre todo, muy bien plasmada pues no pretende dar lecciones a nadie.


Lo más alucinante

Que durante 2 horas el espectador esté plenamente interesado y metido en esa clase.

Durante más de una hora la película hilvana sucesivas escenas que se enmarcan dentro del espacio de discusión alumno-profesor. Poco a poco (la realidad se ficciona para que así sea más digerible) y de forma muy bien integrada se abre paso un argumento dramático (es decir, el conflicto que toda obra necesita para que el espectador se enganche), el caso Souleymane (que no existía en el libro y que es introducido con muy buen criterio, claro, por Cantet), que llevará al altercado en la clase, la aparición de la madre del niño en el consejo disciplinario, la resolución del mismo y que, a su vez, generará el conflicto interior del profesor (su dilema respecto al sistema educativo).

Se huye de los mensajes maniqueos y de ese tipo de peli en la que se consigue la redención del alumno rebelde, que en el fondo tiene buen corazón, claro. En este film no se parte de una base de buenos y malos, se parte de una realidad plural, compleja y poliédrica. Un gran film que nada tiene que ver con las pelis del profe bueno que se gana a los alumnos rebeldes sin causa dándoles chocolatinas. En este film se va a un meollo mucho más maduro y complejo, no es un film de sobremesa. Esta película es una reflexión madura y valiente que no intenta aleccionar a nadie.

Ay, qué grande es ese país que tenemos al lado. Un país cuya cinematografía es capaz de dar cabida a proyectos como éste y tener la sensatez de premiarlos y reconocer su grandeza y su gran importancia porque no se trata sólo de tener medios, sino de tener realmente algo que decir.

"Entre les murs" (2008)

Dirección: Laurent Cantet

Guión: François Bégaudeau, Robin Campillo, Laurent Cantet

(Libro: François Bégaudeau)

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