03 junio, 2008

Antes que el diablo sepa que has muerto



Escapando del yoga, me doy contra un bordillo

Este fin de semana ha sido uno de los más largos de mi vida. Mi madre ha organizado un retiro espiritual en casa. ¿La imagen de 8 sexagenarias haciendo “ommm” en el comedor en posición “flor de loto” envueltas por una espesa nubecilla de incienso es bastante gráfica? Para completar el cuadro, el retiro místico éste ha ido acompañado de una dieta de desintoxicación a base de apio y algas, que yo he tenido que seguir sin rechistar para evitar oír las teorías o delirios de las Chicas de oro sobre nutrición y ACNÉ (aprovechan cualquier oportunidad para sacar este doloroso tema).

Total que el sábado por la noche, ante la amenaza fantasma de tener que hacer 8 masajes tibetanos, huí despavorido sin rumbo fijo. No tenía plan, como es habitual, así que pensé en ir al lugar donde mejor me siento y que, además, era una alternativa genial para escapar de tanto misticismo y parche de estrógenos. Pues bien, sintiéndome un pelín piltrafilla debido a la falta de proteínas y, sobre todo, a la falta de plan para un sábado por la noche, fui a ver “Antes que el diablo sepa que has muerto”.
El estómago me rugía como un gato obeso en celo (sí, he dicho rugir y no maullar porque los gatos obesos rugen ¡Ya vale con el rollo de que los adolescentes tenemos un léxico penoso!) cuando las luces de la sala se apagaron. Sin embargo, a los pocos minutos ya me había olvidado de mi hambre atroz.

Sinopsis:
Dos hermanos, pelín cortos de pasta, planean el atraco perfecto. Como no podría ser de otra forma, todo lo que podía salir mal, sale mal. Pero siempre se puede ir a peor y en esta historia, desde luego, todo va a peor.

Personajes desgraciados, atormentados, en busca de una salida desesperada que acaba convirtiéndose en la perdición más absoluta. Este tipo de películas son para mí las más interesantes porque a mí no me dicen demasiado los triunfadores y la gente a la que todo le sale bien. Eso me suena a mentira, a ciencia ficción y ésta peli, desde luego, es tan real y contundente que incluso te duele.

La historia no se nos cuenta de forma lineal sino que vamos recibiendo la información fragmentada y desde diversos puntos de vista. A través de flashbacks vamos conociendo a los personajes y sus vidas. A mí la verdad es que este tipo de guiones me impresionan bastante porque los veo como una filigrana (yo soy muy impresionable, todo hay que decirlo). Sin embargo, me pregunto si la historia realmente necesita una estructura así. ¿No hubiera funcionado igual de un modo lineal? ¿No habría tenido más carga dramática? No sé, yo sólo soy un adolescente, pero me da la impresión que a veces las motivaciones de los personajes y la empatía se diluyen un poco debido a que no tenemos suficiente información para comprender al personaje y por ello implicarnos más. De todos modos, la historia va ganando tensión dramática y se va construyendo con fuerza sin darnos un respiro puesto que se convierte en una tragedia shakesperiana, de esas en que uno no necesita enemigos mientras tenga familia. ¡Ay, la familia! ¡Ay, los celos! Los temas fundamentales de los grandes clásicos de la literatura aparecen con total dureza, sin adulterar.


Ésta es una de esas pelis sólidas y contundentes como un bordillo, sin fisuras. El guión es estupendo, aunque, como he dicho, su propia complejidad hace que la construcción de los personajes sea más lenta que en una historia lineal y por ello, quizás, su psicología es menos comprensible y uno empieza a llenar las lagunas de información que necesita. Quizás la motivación de Andy (el hermano mayor) queda pelín floja hasta bastante avanzada la cinta. Para poner alguna pega, el personaje de Marisa Tomei me parece poco conseguido. Decorativo y aparente, sin fondo. Pero, como he dicho, es sólo por poner alguna pega.

No quiero revelar nada sobre cómo evoluciona la trama porque creo que uno tiene que dejarse llevar y meterse en la espiral hacia la perdición en la que caen los personajes.


Resumiendo: Un guión estupendo y una interpretación brillante. Una gran película. Hay que verla, he dicho.

Por cierto, sólo cuando ya llevaba un buen rato andando de vuelta a casa me di cuenta de que mi estómago aullaba como un hombre lobo. Sí, yo seguía metido en la peli hasta aquel momento y, aunque iba caminando por la calle, en mi cabeza seguían moviéndose esos personajes que se hunden en el lodo. Me tomé un kebab para sedar al pequeño hombre lobo y seguí mi camino hacia casa sin pensar ni por un milisegundo en la estampa psicotrópica con las Chicas de oro que me esperaba, sólo recordando flashes de esa estupenda y feroz historia que acababa de ver.

“Antes que el diablo sepa que has muerto” (2007)
Dirección: Sydney Lumet
Guión: Kelly Masterson

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he llegado aqui por casualidad y me he quedado al escuchar la canción que tenías puesta... y puestos a leer la presentación me ha encantado, muy divertida, como si te viese en la consulta con banda sonora incluida.

Saludos y volveré.(y no es amenaza eh? jajaja )

El Guardián de la fila 8 dijo...

Dadiva:
Le daré las gracias a Casualidad por haberte traido hasta aquí.
Siempre habrá panchitos y galletitas para ti.

Anónimo dijo...

Guardián; eres brillante. Seguro que trabajas para alguna de esas revistas que valen 5,5 euros y que los amantes del cine deboramos... te encontraré.

Consigues que vaya a la gran pantalla y mire quién está en la fila 8.

Dix.

El Guardián de la fila 8 dijo...

Dix, me dejaste pelín hundido en la miseria adivinando la peli 8Elephant) con 2 pistas. ¡Gracias por darme ánimos! Lo que dices me ha llegado hondo como 3 pisotones de una oronda mujer con tacón de aguja.
Ah, si no nos encontramos en la fila 8, ya sabes que hay un hueco reservado para ti en el sofá azul siempre que quieras.

Anónimo dijo...

Como siempre, fantástico.
Nuria

El Guardián de la fila 8 dijo...

Nuria: Nosfe me ha dicho que habías estado por aquí y parecía muy contento (no es muy expresivo, dada su situación, pero hay que saber interpretar los ligeros movimientos de sus bigotes). Yo también me alegro de que hayas vuelto por este pequeño No Mundo.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo,le puedes decir a Nosfe que paso por aquí por lo menos una vez al día a verlo. También espero con anhelo una nueva crítica (sigo sin ir al cine desde hace mucho tiempo)para poder estar un poquito más al día en la materia.Pero lo que más me gusta, con diferencia son tus aventuras o, más bien, desventuras con las Chicas de Oro, tu madre y sus amigas me tienen conquistado el corazón. Nosfe y tu lo hicisteis antes...
Nuria

El Guardián de la fila 8 dijo...

Nuria, no sabes lo que dices con Las chicas de oro. ¡Me tienen frito!
Nosfe dice que sabe cuando entras y cuando no. El pobre se pasa el día en el sofá azul, quietecito. Vamos a dejarle ser un poco cotilla, ¿no? Ya tiene bastante con lo suyo.

Anónimo dijo...

Hola soy Anna: empezaré saludando a Nosfe, sin rascarle la oreja, de momento.
Bueno, el sábado fui a ver esta película y qué decir? wooww, peliculón. Que gran interpretación la de ambos.
Un guión en el que no se escapa detalle, y una interpretación de lujo.
Qué bien viene a esta película la frase de: El Hombre Propone y Dios Dispone.
Y es que cuando uno va a cometer un acto como ése por mucho que no se quiera hacer daño a nadie, el destino se cruza en el camino y te da mil vueltas a lo que habías pensado.
El hijo mayor brutal. Que poca sensibilidad en toda la película, pero destacaría una escena que es la del funeral de la madre, cuando aún pidiéndole perdón el padre por los errores que hubiera podido cometer, él va y le responde de aquella manera que no repetiré por los que no la han visto.
Y el final, cuando el padre encaja piezas y lo escondido sale finalmente a la luz como pasa siempre con la verdad.... me parece justo e incluso plausible porque le ha desmoronado la vida y para más inri el día de su cumpleaños. No soy partidaria de tomarse la justicia por su mano, pero es tan genial el final y la forma en que éste se desplega que sólo tengo que aplaudir la inteligencia del creador de la historia.

Anónimo dijo...

Una imagen muy gráfica, sí... Pero no me explico como pudiste perderte los 8 masajes tibetanos, descubriendo cada chakra de cada invitada, además de sus correspondientes canales de energía, después de haber degustado unas deliciosas alguitas al vapor. ¡Y te quejas de no tener plan el sábado!

¿Qué tengo que hacer antes de que el diablo se entere de que he muerto? Pensaré en ello.

Es la primera vez que te leo (creo, no sé, puede que mi memoria me juegue una mala pasada) diciendo que hay que verla. Así que la veré, aunque reconozco que soy más de finales felices.

El señor de la segunda foto es el de Big Fish (sí, ¿no?). Es la peli que he salvado de esa cruel quema a lo nazi de las películas de Burton.

Me gustan los kebab, ¡me encantan! Pero soy un poco indecisa (bueno, no... bueno sí, a veces...) y siempre los pido mixtos. Eso sí, no le quitemos el mérito al kebab de ser la comida que más pringosos y suculentos deja los dedos después.

Y los mofletes.

Ooommmm...

V.

V. disfrutando de su media hora en el paraiso dijo...

Llámame ilusa, si quieres, pero no creo que esto sea pan nuestro de cad día en la reaildad que nos ha tocado vivir. Sí, las historias de triunfadores tal vez sean cuentos de hadas, sueños; una historia como esta es, nada más, una pesadilla.

Me ha estremecido y me ha puesto triste.

Lo bueno: al final terminaré haciéndome seguidora de Seymour Hoffman.

Y coincido en que el personaje de la Tomei (a la que, reconozco, tengo simpatía) podría haber sido más grande en la historia (colgada constantemente, pero grande).

Deberiamos empezar a hacer nuestras propia lista (terminados los viajes en el tiempo) de películas con problemas de familia.

V.

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