01 febrero, 2009

LA CLASE

Entre los muros de mi habitación

Llevo 1 semana en la cama con gripe ¡y por poco no lo cuento! No es que la gripe haya sido más virulenta de lo habitual, lo que pasa es que Las Chicas de Oro casi acaban conmigo. Mi madre que, como creo que os he contado, fue niña prodigio sigue creyéndose la más especial de las florecillas del bosque y, por ello, no asume su edad y, claro, al no asumirla pues, entre otras muchas cosas insensatas, no se pone las gafas ¡y eso que no ve un pijo! Por otro lado, su querida y esotérica coleguilla Maggie acaba de operarse de cataratas y tampoco ve un pimiento. Pues bien, estas dos cegatas en potencia se emperraron en que yo estaba con 41 de fiebre. Las dos mirando fijamente el termómetro sin ver ni jota, claro. Obviamente ninguna de las dos podía ver la puñetera línea de mercurio y se dejaron llevar por una especie de histeria colectiva. No sabéis lo que me costó quitármelas de encima. Sí, vale, es cierto que yo tenía fiebre ¡pero sólo 38 grados! Os juro que el simple hecho de imaginarme en bolas dentro de una bañera llena de cubitos de hielo con Maggie y mi madre al lado, histéricas perdidas, me daba ganas de morir.

En fin, tuve que encerrarme en mi habitación para evitar que ese par de locas me metieran en la bañera. Afortunadamente, no llamaron a los refuerzos porque si llegan a aparecer el resto de Las Chicas de Oro, en plan Geos entrando por la ventana de mi habitación, ya no hubiera habido manera de librarme de una muerte segura ¡y bastante humillante, la verdad!

En cierto modo, estar enfermo en mi casa con Las Chicas de Oro vigilando cada ataque de tos me hace echar de menos el instituto y eso que, para un tipo desgarbado, tímido y con acné como yo, el insti no es precisamente el paraíso.

Y hablando de institutos, me viene a la cabeza una estupenda película que vi hace un par de semanas. Se trata, cómo no, de “La clase” de Laurent Cantet, como sabéis, Palma de Oro del festival de Cannes.

Esta es una de esas películas, una de esas rarezas, que resultan fascinantes en muchos aspectos y es una de esas pelis de las que apetece conocer cómo diablos se han podido llevar a cabo.



Husmeando un poco en “La Clase” de Laurent Cantet:

Ficcionar una realidad documental - Docuficción // ¿Cómo leches se ha conseguido este resultado?
El guión de este muy necesario film parte del libro de François Bégaudeau
(profesor de secundaria y que interpreta a su vez al profesor protagonista) y de personajes y situaciones que Cantet añadió para potenciar ciertos aspectos y crear una línea estructural con un conflicto (más evidente pero que se hilvana de forma natural dentro de la esencia de invitación a reflexionar del film) que vertebra el film de un modo convencional, en cuanto a la estructura a seguir en cualquier relato de ficción. De no haberse creado el caso Souleymane, la estructura hubiera carecido de un conflicto evidente y narrativamente hubiera sido menos eficaz , aunque quizás no desde el punto de vista de un ejercicio de reflexión sobre el sistema educativo y la propia pedagogía.

No olvidemos, sin embargo, que éste es un falso documental y, por ello, también es lógico que se cree una trama que muestra la evolución de un conflicto concreto que, a su vez, sirve para enganchar al espectador que, de otra forma, probablemente no aguantaría 2 horas dentro de ese aula.

Sin embargo, es curioso saber que los alumnos-actores nunca leyeron el guión. Cantet llevó a cabo talleres de improvisación en los que se proponían temas y lo que salía de allí iba enriqueciendo el guión. Durante el rodaje, Cantet daba a los alumnos-actores ciertas frases y François (el profe en la ficción y en la realidad) lanzaba una improvisación y poco a poco se iba afinando hasta que se conseguía un resultado muy pero que muy cercano a lo que se había guionizado. Cantet afirma que tras 5 ó 10 tomas se llegaba a una escena muy parecida a la escrita pero planteada a través del lenguaje de los alumnos, de lo espontáneo, de lo natural. Es alucinante, ¿no? A mí, desde luego, me lo parece.



El uso del primera plano

Llama la atención el dinamismo que se desprende de cada plano, es casi como si Cantet se hubiera propuesto simular los movimientos del ojo humano en medio de un debate. Lo vemos todo, una mirada rápida, de cerca (Cantet no se corta si hay que emplear un zoom), otro primer plano y otro, no se nos escapa nada, todas las reacciones quedan plasmadas por igual. Todo queda reflejado en esta cinta que nos mete en una clase y nos sienta en uno de esos pupitres.

Cantet dice utilizar el primer plano para aislar a los personajes. Además, está claro que este uso-abuso del primer plano evidencia el trato igualitario que se les da a todos los personajes. Todos los personajes se muestran por igual, no hay jerarquía. Se encuadra igual al profesor que a los alumnos.

El uso del primer plano también refuerza, según Cantet, la idea de que están encerrados.

La planificación así mismo no se rige por criterios estéticos preestablecidos sino que existe una clara determinación de mostrar la viveza del debate, la silmultaneidad de las intervenciones, la espontaneidad de lo que surge aquí y allá, en la primera y en la última fila.

Cantet nos mete en la clase y nuestra mirada sigue de forma natural lo que va ocurriendo, el fluir de la clase, sin jerarquías ni planificaciones preconcebidas.


Un profesor contra el sistema

Sin embargo, no estamos ante el retrato de un sistema educativo sino ante el retrato de un profesor y su clase. Es más, la última parte del film es el profesor y todo su dilema respecto a un sistema educativo que cree que no se acomoda a las necesidades de los alumnos

Este film lanza muchas ideas para una reflexión ulterior y, sin duda, el rol del profesor, sus retos y dudas, cómo debe éste enfrentarse a las necesidades de un alumnado multicultural, están ahí planteadas, esperando a que cada uno reflexione sobre ellas. Queda plasmada la dura tarea del educador, cómo diariamente tiene que conquistar terreno, motivar y no dejarse vencer por la desgana.

La reflexión sobre el lenguaje, el lenguaje como arma
El problema de cómo enseñar desde un prisma de alta cultura cuando los alumnos tienen referentes y realidades que muchas veces ya nada tienen que ver con los contenidos que se dan en el aula es uno de los temas que se plantean en este film. El hecho de cuestionarse la utilidad de los contenidos, el para qué me sirve esto es algo interesante y mucho más dentro de esta nueva sociedad en la que las diferencias sociales están tan marcadas, en esta sociedad de mestizaje. ¿Deben aplicarse los mismos contenidos? Sin duda, es lógico que los alumnos se lo planteen porque no todos los alumnos juegan en la misma división. El ejemplo de pretérito imperfecto de subjuntivo que sale en un momento del film y cómo el profesor hace hincapié en que hay que dominar el lenguaje para saber utilizar el registro adecuado en cada situación es un gran ejemplo de cómo hay que estar motivando constantemente a un alumnado profundamente desigual. Hay que motivar, hacer ver la utilidad del saber.

Cuál es el gran acierto de este film

En mi absurda opinión, el gran acierto de Cantet reside en la renuncia a proporcionar respuestas, a proponer un discurso moral o pedagógico que se imponga sobre lo que se nos muestra. En este film se lanzan preguntas y se invita a la reflexión.

La apuesta central del film es interrogar al sistema educativo desde el ámbito del aula (el aula como caja de resonancia) y me parece una apuesta valiente, necesaria y, sobre todo, muy bien plasmada pues no pretende dar lecciones a nadie.


Lo más alucinante

Que durante 2 horas el espectador esté plenamente interesado y metido en esa clase.

Durante más de una hora la película hilvana sucesivas escenas que se enmarcan dentro del espacio de discusión alumno-profesor. Poco a poco (la realidad se ficciona para que así sea más digerible) y de forma muy bien integrada se abre paso un argumento dramático (es decir, el conflicto que toda obra necesita para que el espectador se enganche), el caso Souleymane (que no existía en el libro y que es introducido con muy buen criterio, claro, por Cantet), que llevará al altercado en la clase, la aparición de la madre del niño en el consejo disciplinario, la resolución del mismo y que, a su vez, generará el conflicto interior del profesor (su dilema respecto al sistema educativo).

Se huye de los mensajes maniqueos y de ese tipo de peli en la que se consigue la redención del alumno rebelde, que en el fondo tiene buen corazón, claro. En este film no se parte de una base de buenos y malos, se parte de una realidad plural, compleja y poliédrica. Un gran film que nada tiene que ver con las pelis del profe bueno que se gana a los alumnos rebeldes sin causa dándoles chocolatinas. En este film se va a un meollo mucho más maduro y complejo, no es un film de sobremesa. Esta película es una reflexión madura y valiente que no intenta aleccionar a nadie.

Ay, qué grande es ese país que tenemos al lado. Un país cuya cinematografía es capaz de dar cabida a proyectos como éste y tener la sensatez de premiarlos y reconocer su grandeza y su gran importancia porque no se trata sólo de tener medios, sino de tener realmente algo que decir.

"Entre les murs" (2008)

Dirección: Laurent Cantet

Guión: François Bégaudeau, Robin Campillo, Laurent Cantet

(Libro: François Bégaudeau)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Has vuelto con energia, GUARDIAN!!
Me ha gustado mucho esta reseña y tienes razon en que es una peli muy necesaria.
Besos,
Olga

El Guardián de la fila 8 dijo...

Hola, Olga.
Gracias por tu ánimo.
Sí, una gran peli.
Un placer verte de nuevo por el sofá azul,
El Guardián (con la cara a conjunto con el sofá)

Anónimo dijo...

Buena critica y con razon sobre todo con los datos que tenenmos respecto a nuestro nivel educativo en españa; si no te importa cuando haga mi reseña dare la direccion de tu blog para que la lean pues mas es dificil poder decir.
Me gusto el tono como de documental, de mirad oculta, no exenta de pedagogia, no exenta de interes por los chicos y eso es lo que me parece que falat en muchas clases dadas por funcionarios del minimo esfuerzo, por sabios autistas, por enanos del esfuerzo eintelectual, por la falta de compromiso en suma...Un fuerte abarzo.

Anónimo dijo...

HOla,me ha gustado tu reseña sobre la clase y en especial la parte del lenguaje, es al go muy cierto, hay que dominarlo.
Un besito para nosfe.
MARina

El Guardián de la fila 8 dijo...

Amigo Prometeo:
Qué bien encontrarte de nuevo por el sofá azul.
Para mí es un honor que pongas un link a mi reflexión tontorrona de LA CLASE en tu blog.
A veces me llevo a Nosfe a tu blog y estamos los dos paséandonos por allí y el muy puñetero suele soltarme que cualquier día se queda a vivir en tu blog. ¡Es un desagradecido! ¡Con lo que yo le mimo! ;)
Un abrazo tonto de domingo,
El Guardián

El Guardián de la fila 8 dijo...

Hola, Marina.
Mil gracias por pasarte de nuevo por aquí.
Sí, a mí también me pareció muy interesante el tema del lenguaje y cómo se enfoca en este film.
Un abrazo dominguero,
El Guardián

V. ahora sí, de verano dijo...

Lo primero que he hecho nada más ver "La clase" (la he visto este fin de semana) ha sido recomendársela a mis amigos profesores. Tengo varios, que dan clases tanto a niños como a adolescentes. Estoy a la espera de su opinión, que creo será harto interensante, dedicándose a lo que se dedican. Después vengo y te la cuento.

Durante lo que dura la película, que por cierto, se me pasó volando (debe ser el primer año lectivo que se me pasa tan rápido) me sentía expectante, impotente, indignada y entristecida. Sólo hay un momento, cuando el profesor se reune con los padres, de descanso y hasta de humor (además es el único momento en el que hay música, si no me equivoco).

No es casual que sea profesor de lengua, aunque bien es cierto que las situaciones, aunque no se ve, se repiten en el resto de asignaturas y con el resto de profesores.

Respecto al caso Souleymane, hay una frasae que me encanta. Es algo así como: "A souleymane no le expulsa el insituto, hace mucho tiempo que ya no está con nosotros" Es duro.

Me ha gustado saber gracias a tu reflexión tontorrona que el protagonista es quien escribió el libro en el que está basado y que además es profesor.

Y lo que tengo que añadir sería mejor comentarlo delante de un café, y a fe que lo haré en cuanto extienda el visionado de esta película entre los que me rodean.

V.

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