Nosfe y yo, aficionados como somos a todo lo relacionado con el arte funerario y, sobre todo, al ARTE en sí, hemos puesto un pequeño altar junto al sofá azul en honor a Eric Rohmer. Sí, ya sé que tanto altar da pelín de grima y que, además, es incoherente (y Kitsch, eso también) viniendo de un gato no muerto (o no vivo) y de un adolescente absurdo y nihilista que sólo cree, a veces, en una entelequia llamada Ant. Pero es que hoy, la verdad, no me siento nada nihilista.
El bueno de Rohmer (cuyo nombre ¿real? era Jean-Marie Maurice Scherer) filmó 24 largometrajes, aunque lo cierto es que llegó al cine desde la literatura (a los 26 publicó su primera novela, ahí es nada). El nombre de Eric Rohmer está indisolublemente unido al de otros “muchachos” como François Truffaut o Jean-Luc Godard, junto a los que formó la Nouvelle Vague.
Toda esta muchachada se conoció en "La Gazette du cinéma", periódico fundado por Rohmer y del que prácticamente todos pasarían a otra publicación mítica, "Cahiers du Cinéma" (cómo no), de la que el amigo Rohmer fue redactor jefe entre 1957 y 1963.
En 1959, época de eclosión de la Nouvelle Vague con el éxito de “Los 400 golpes” de Truffaut e “Hiroshima mon amour” de Resnais en el Festival de Cannes, nuestro admirado Rohmer filmó su primera peli (aunque no es de las mejores, eso es así).
Dice Nosfe que si a alguien le encaja perfectamente la etiqueta de "cine de autor" es a él y en esto debo darle la razón pues Rohmer siempre se mantuvo libre y ajeno a lo convencional.
Los diálogos y las intrigas amorosas son una constante en sus películas, como también lo son sus personajes femeninos. Para más datos, jovencitas ingenuas y cándidas, que subyugan al autor y a mí, por supuesto. La temática del amor azaroso y la juventud será, sin duda, otra de sus constantes y Rohmer mencionará al respecto: “Paradójicamente, en mis películas todo es fortuito... menos el azar”.
A ningún homenaje que se precie le puede faltar su listilla de pelis recomendadas. Así que, Nosfe y yo no vamos a ser menos (ser lo peor nos gusta pero ser menos, no).
Aquí, justo en este rinconcito, dejo caer la listilla de pelis esenciales según NOSFE (EPD):
- «Mi noche con Maud» (1969), premio al mejor guión por la crítica de Nueva York y nominada al Oscar.
- «La rodilla de Clara» (1970)
- «Pauline en la playa» (1973), Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín.
- «La marquesa de O» (1976), Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes
- «El rayo verde» (1986), León de Oro en el Festival de Venecia
- «Cuento de primavera» (1990)
- «Cuento de invierno» (1992)
- «Cuento de verano» (1996)
- «Cuento de otoño» (1998), premio al mejor guión en el Festival de Venecia
- «La inglesa y el duque» (2001)
- «Los amores de Astrée y Céladon» (2007)
Para terminar la ceremonia (tan del gusto de Askildsen), nos falta un epitafio. No ha sido nada fácil elegir un epitafio (nunca lo es, dice Nosfe en tono lapidario) pero, al final, nos hemos decidido por:
"Yo no digo, muestro"
ERIC ROHMER