Nosfe piensa mucho en la muerte (¿será porque está muerto y disecado?) y dice que le sorprende cómo escondemos todo lo relacionado con la muerte en nuestra sociedad. Si uno se para a pensar, nunca parece que se muera nadie y todos tenemos que palmarla. Eso es así. Sin embargo, la gente es muy discreta y nadie la diña en la peluquería o en el supermercado. Hay que morir a escondidas, son las reglas.
Por eso resulta interesante un film como el japonés "DESPEDIDAS", de Yojiro Takita, en el que el protagonista descubre su verdadera vocación que no es ni más ni menos que amortajador. La verdad, más que amortajar el tío parece que haga magia. ¡Qué arte y qué estilo! ¡Debe de dar gusto morirse con un tipo así poniéndote a punto!
¿Habéis visto esta película? ¿Qué os ha parecido?
Nosfe dice que si bien el drama familiar que se plasmaba en "Still Walking" (Aruitemo, aruitemo), de Hirokazy Koreeda, era mucho más sólido y poco comparable en general con "Despedidas", si es cierto que el cine japonés (con clara influencia de nuestro admirado maestro OZU) nos está dando estupendas sorpresas.
En concreto, "Despedidas" adolece un pelín de ciertas secuencias videocliperas (el tipo tocando en la naturaleza) y también de ciertas secuencias de lloro excesivamente largas y melodramáticas en las que quizás se echa de menos la contención nipona. Sin embargo, "Despedidas" muestra con brillantez ese mundo oculto que es la muerte y el ritual de preparación de los cadáveres. Hermosa en muchos momentos, cómica en algunos y excesivamente melodramática en otros es una pequeña y bella historia que arranca con un tipo que debe cambiar de trabajo.
Dice Nosfe que sería mucho más sano dar más presencia a la muerte. Quizás tiene razón, a lo mejor yo no me hubiera tomado su muerte tan a la tremenda y mi madre no le habría tenido que disecar si todo esto fuera algo más natural. No sé, quizás sea mejor no pensar en ello y sólo mirar a la muerte a la cara cuando es necesario. No sé... ¿Qué pensáis?
Sí, Nosfe está pelín siniestro hoy. Eso es así. Sin embargo, ¿os atrevéis a sentaros un ratín en el sofá azul para hablar de mortajas y ataudes con nuestro gato disecado?